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¡Los payasos se despiden!


Ya terminó septiembre, y con ello nuestros viernes en el parque.

Todo el verano, cada viernes, un pequeño grupo de personas ha salido de Casa de Bendición hacia el Parque de Canillejas para pasar un rato con las personas, y sobre todo con los niños, que están allí. Algunos se visten de payasos–ya son famosos en el barrio Toñin, Toninono y Rosi–para hacer reír a los niños mientras cuentan historias y hacen trastadas, todo para comunicar unos valores de la vida y para decirles que Dios les ama.

Uno de los payasos, Rosi, nos cuenta cómo ha vivido este verano de payasos:

«Agradezco a Dios el haber sido partícipe de la «obra» en el parque y que nos haya dado las herramientas necesarias, ideas, fuerzas e ilusión para llevarla a cabo.

¿Obra para qué?

Para ilusionar a los niños y papás y abuelos (etc.), que son nuestros vecinos del barrio, para venir y escuchar cada viernes a unos payasos que hablan de Jesús y que, en su «rutina graciosa», llevan un mensaje de Dios para sus vidas, que estoy segura que les habrá llegado al corazón. Confío en el crecimiento de la semilla y espero el fruto a su tiempo y que el Señor terminará su obra, según su Palabra».

Otros no van vestidos de payasos, pero son igual de importantes. Luci nos comenta que los viernes en el parque han sido para ella la prueba de lo que Dios está haciendo en los corazones de niños y adultos. Participar de esta manera para ella significa que:

«He podido dar con amor un poco de mi tiempo para la obra de Dios».

Puede parecer poco lo que hacemos y lo que damos, pero para Dios no es insignificante. También confiamos en que cada viernes hemos podido derrochar un poco de amor, unas risas y un mensaje de esperanza para nuestros vecinos del barrio de Canillejas.

¡Hasta el verano que viene!


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