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NUESTRO EQUIPO PASTORAL

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Alvaro “Willie” López

 

Me llamo Alvaro López, aunque todos me conocen como Willie. Nací en la ciudad de Burgos, España. Conocí al Señor a los 16 años viniendo del mundo hippie. No lo conocí en una iglesia al uso sino en una comunidad de jóvenes. Esto ha marcado mi forma de vivir el evangelio. Un poco después de conocer al Señor, conocí a la que hoy es mi esposa con la que llevo casado 36 años. Me trasladé de Burgos a Madrid para poder estar con ella y comencé a asistir a una iglesia.

 

Durante mi tiempo en la obra he desarrollado todo tipo de ministerios. Comencé fregando y barriendo la iglesia; después fui líder de jóvenes por un suspiro de tiempo; estuve como anciano en mi iglesia al lado de mi pastor hasta que Dios me llevó a un ministerio para trabajar con niños y jóvenes denominado Exploradores del Rey. Allí estuve durante 16 años, ejerciendo diversas posiciones en el liderazgo. Un día Dios me llamó, aunque yo no quería, a ejercer el pastorado en la iglesia donde me crié. Llevo ya casi 14 años en este ministerio. He dedicado toda mi vida a la obra, dejando a un lado mis aspiraciones laborales y las deportivas.

 

Hoy en día, sigo trabajando para que la vida de las personas que me rodean haya carácter de Cristo y pasión por las almas. Esto resumiría mi forma de ver el amor de Dios.

Cheli Martín

 

Siempre, desde chiquitita, tuve en mi corazón el ansia de buscar a Dios y saber más de Él. Aunque asistía a un colegio religioso, no quedaba satisfecha de lo que me contaban de Él. Los recreos los pasaba en la capilla del cole y le decía al Cristo de madera: «Quiero más de ti, quiero saber más de ti», y le hablaba y adoraba, sin saber que Dios me escuchaba, pues yo pensaba que no me oía.

 

Un día me fijé que mi hermana mayor dio un cambio de vida tremendo y empezó a hablarnos del Señor, nos invitaba a ir a reuniones en un local del barrio. Con mis 14 años, y saliendo ya con un chico del barrio, oí una noche canciones de alabanza que salían de un local. Me atraía lo que oía así que le eché morro y entré. ¡Madre mía! El pastor hablaba del gran amor de Dios para cada uno de nosotros (se me salía el corazón del pecho, eso es lo que yo buscaba) y de un Dios cercano que quería una relación diaria con nosotros. Por supuesto le abrí mi corazón al Señor y le entregué mi vida – hasta hoy. Han pasado 42 años de ésta decisión y hoy día vivo mis mejores momentos con mi Señor, estoy casada con Alvaro al que quiero con locura, tengo dos niñas, Sara y Rebeca, dos nietos, Aarón e Izan, y Miriam que viene de camino. Estoy super-agradecida a Dios por las muchas bendiciones.

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Tomás Gonzalo

 

Tomás es capaz de arreglar prácticamente cualquier cosa. Muy dotado en temas de mantenimiento, el trabajo práctico es lo suyo. Está casado con Marisa, que lleva el grupo de alabanza en la iglesia. Tomás siempre está dispuesto a ayudar y lleva muchos años como diácono y luego anciano en la iglesia, hasta formar parte del actual equipo pastoral.

Maggie Jones

 

Después de trabajar cinco años como trabajadora social y tres años en una iglesia en Inglaterra, Maggie vino a España donde se dedicó a enseñar inglés hasta jubilarse en 2012. Aunque esté disfrutando de su vida ‘post-laboral,’ sigue activa: ha fundado un grupo para sus compañeros que se reúne cada seis semanas y actúa como grupo de apoyo y cada semana queda con gente –vecinos, antiguos compañeros y alumnos y amigos– para pasear, tomar algo y charlar de sus cosas.

 

Forma parte del equipo pastoral y es líder del grupo de intercesión de la iglesia. Por otra parte, es una de las predicadoras habituales los domingos por la mañana en la iglesia.

Sonia Pariente

 

A los 26 años Sonia conoció el amor de Dios y transformó su vida; desde entonces no ha dejado de caminar con Él.

 

Sonia lleva desde el 2001 en Casa de Bendición. Su anhelo es que mucha gente conozca a Jesucristo y que sea una realidad en su vida. Aparte de su trabajo como funcionaria, se encarga del evangelismo y del discipulado de nuevos creyentes en la iglesia. También participa en la intercesión, la alabanza y la predicación de la palabra.

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