Recuerdo imborrable
- Casa de Bendición
- 16 mar
- 2 Min. de lectura

Hola Tomi, ¿ que tal estás ? ¿ Haciéndote al nuevo lugar ?. Se te hará raro caminar sin muletas y no tener ningún dolor en todo el cuerpo. Pronto te acostumbraras, a lo bueno se acostumbra uno rápido.
Espero que no hayas puesto en duda la eficacia del sistema de calefacción del cielo y por favor, no le des mucha caña al ángel que lleva la mesa de sonido.
Me cuesta darme cuenta que en los próximos días cuando vaya a la iglesia ya no te vea, tampoco pueda llamar a Marisa y preguntar por ti. Has dejado un hueco fuerte en mi corazón y me tendré que hacer a la idea de llenarlo de otra manera. Aunque no eres sustituible.
Han sido más de 40 años caminando juntos, a veces de acuerdo y otras veces no tan de acuerdo pero siempre caminamos juntos.
El tiempo en Exploradores, organizando todo, sabiendo que sin ti las cosas no iban a salir tan bien. Poniéndome en medio cuando la bronca entre los chicos y tu no tenia marcha atrás. Eras gruñón pero te querían, sabían que siempre podían contar contigo para lo que necesitasen.
Luego vino el tiempo más oscuro con la división de iglesia y la tensión en el liderazgo. Yo estaba muy involucrado en Exploradores pero tú te comiste toda la refriega. De bueno que eras, otros que no se atrevían a decir lo que pensaban te encargaban de portavoz y ponías la cara, los golpes para ti. Tiempo duro.
Después el tiempo conmigo de pastor y tú en el liderazgo de la iglesia, cada vez mas involucrado en lo espiritual y menos en lo técnico. Los viajes a diferentes congresos, disfrutando, hablando compartiendo, viéndote como se te habrían los ojos al ver la cantidad de cosas que Dios podía y quería hacer. Allí conociste a Pepín y a otros con los que hiciste buenas migas, tu eras así, fácil de abordar.
Luego te toco luchar con esa enfermedad que quería llevarte pero que tu nunca le perdiste la cara y la sonrisa, hasta que se puso dura y poco a poco te hizo claudicar pero siempre sin perder de vista la meta que tenias en tu corazón “Yo quiero irme con mi Señor”. Pudo con tu cuerpo pero nunca pudo con tu espíritu. Tu alma peleaba, a veces perdía y otras ganaba pero tu espíritu inquebrantable nunca se rindo, salió triunfante.
Sé que tienes toda la eternidad para leer estas palabras pero no quiero cansarte, sé que prefieres estar al lado de tu Señor. Ya te has graduado, espérame Tomi seguramente en un tiempo estaremos juntos y podremos seguir charlando de todo lo que nos ha pasado en esta tierra. Por eso, no te digo adiós, te tengo que decir hasta luego. Disfruta.
Por cierto, si pides un taller para hacer tus ñapas, acuérdate de mí y pídelo un poco más grande.
Comments