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Adiós Evelia

Siempre es triste cuando alguien querido se muere, aunque ahora sabemos que Evelia ha dejado de sufrir y está disfrutando de la eternidad con su amado Jesús. Recordamos en estos momentos a sus familiares que la están echando de menos e intentando acostumbrarse a que ya no esté. Tanto Evelia como su esposo Juan, que ya partió, eran miembros muy amados por la iglesia Casa de Bendición y el pastor, Willie, dedica este entrañable mensaje a Evelia que falleció al final del año 2020.

 


Hola Evelia: soy Willie. Te escribo en nombre de toda la iglesia de Casa de Bendición.


Espero que ahora estés descansando de verdad junto a tus dos Juanitos. También espero, que no le hayas dado la charla a Juan cuando le hayas visto. Yo sé, que lo hacías porque le querías, pero Juan torcía el hocico.


Recordaba aquellos tiempos en la carpa de Aliaga, cuando Albertito se coló y os hizo venir a las reuniones, aunque tú no querías porque te daba vergüenza.



Luego la primera boda evangélica de dos chicos que se llamaban Cheli y Willie en el local de Aliaga. Cuando nos juntábamos en tu casa Eloy, Antolina, la Señora Antonia mientras Eloy tocaba La Amapola con su armónica. Alberto haciendo el kamikaze con su triciclo por el pasillo. Ana Mari, ya mayor y seria, y Cristina cayéndose cada dos por tres, pero sin hacerse nunca daño.


Pasaron los años y nuestra amistad fue creciendo. Cada día os sentíais mejor en la iglesia con cada una de las personas; sería muy difícil para mí enumerar a todos y no dejarme a nadie.


Algunos sustos que nos diste cuando te hicieron la operación en la cabeza, los vértigos y mareos, aunque lo peor fue confundir a Tomi con uno de los celadores. Eso sí nos preocupó. Los tiempos en Pinos Reales con todos los hermanos disfrutando de la naturaleza y de los tiempos con Dios.


Después vinieron los tiempos difíciles y casi te dejamos de ver. No podías salir de casa y aunque salías, en ocasiones, te costaba. Después, en la residencia, donde ya pudimos verte menos y al final, esta pandemia que impidió que pudiéramos verte más a menudo. Pero, a pesar de verte menos, siempre te hemos echado en falta y te hemos recordado haciendo esa tortilla de patata o cosiendo en la máquina.


Siempre estarás en nuestra memoria como el primer día que te conocimos. Hasta pronto Evelia, nos vemos en el cielo. Cuídame a los Juanitos y no le des la charla a Juan.

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